Hola: aquí estoy otra vez.les voy a mostrar un poquito de mi entorno.¿Ven esas cajas que hay arriba y atrás? Están llenas de libros, no hay biblioteca que alcance hasta que podamos crear mas espacios. El bodegón en tonos sepia, también detrás de mi, es un regalo de una artista plastica amiga, Alejandra Coirini a la que le robé el apellido para utilizarlo en uno de mis personajes protagonistas de algunas novelitas que pretenden ser literatura policial. A mi derecha, es decir a su izquierda puede verse una parte de la última fotografía de mi compañero de vida, padre de mi hijo.A partir de la pérdida de Mi Miguel, mi vida quedó cortada en dos, pero igual sigo. Todavía lo extraño, todavía lo amo. Nadie puede entenderme. No me importa. Yo lo siento así y en mis sentimientos solo mando, gobierno, ordeno yo. Los de afuera son de palo en este tema. Jamás voy a perdonar a quien o a quienes lo delataron. Sospeché desde el primer momento, pero los compañeros jamás me dejaron ver la carpeta en la que supuestamente se autocriticaron por errores de organización, yo agregaría que de decisiones carentes de sentido común porque ese operativo fue un espanto lo dije, pero prefirieron ignorar mis reclamos . En verdad no creo que fuese por indiferencia , creo que todos se sentían culpables, fue un fracaso rotundo. Tal Vez tampoco me permitieron ver ni discutir nada porque de hecho yo no pertenecía a la organización, jamás estuve de acuerdo con el "foco como generador de conciencia", hacía falta, para mi opinión, mas formación política y conciencia de que el modelo tercermundista debía profundizarse hacia el socialismo y en las consignas y en las canciones, en los documentos internos estaba, pero la gente, los trabajadores no eran la organización, no pertenecían a la organización y la derecha peronista siempre se mantuvo esperando su momento y si contamos con que Perón por un lado pedía el trasvaciamiento generacional y por otro decía que no era cuestión de tirar viejos por la ventana, mensajes que debían ser interpretados porque en verdad él siempre jugó a dos puntas pues se necesitaba a sí mismo ganador, no podía permitirse el riesgo de perder. Por otra parte siempre estuve mas cómoda en las batallas de las ideas y eso creo que también tuvo que ver con ese distanciamiento que yo percibía de ellos hacia mi y también mi enojo con ellos. Inclusive con mi marido teníamos cambios fuertes de opiniones sobre ese tema, era el único motivo de diferencias entre nosotros. Integrar una organización armada era lo contrario de lo que habíamos propiciado anteriormente cuando pensábamos primero en la gran organización de masas .Después de Marzo de l973 , en una oportunidad fui especialmente invitada por el mítico referente de las Fap, Envar El Kadri a su casa de Flores, a unas cuadras de la plaza Pueyrredón o plaza Flores. Hacía poco que había salido de la cárcel merced a la amnistía. Hacía añares que no nos veíamos. El "turco" me preguntó mi opinión sobre la "batalla" de Haedo. Le dije lo que opinaba, lo que me habían comentado acerca de una "batida", solté todo el rosario: era la primera persona que quiso escucharme. Mientras yo le presentaba todas mis dudas, él que no había conocido a mi marido y solo supo de su existencia después de Haedo, estiró la mano hasta aferrar fuerte la mía, escuchaba en silencio, con la cabeza baja, siempre mirando al piso. Cuando concluí me preguntó si yo había leído una notita que hizo salir del penal de Trelew en la que reprochaba a todos los compañeros no los errores sino el horror de la programación, la falta de criterio y de sentido común. Si, yo la había leído y se lo dije.Recuerdo que por la emoción lo abracé y después quería desaparecer como por arte de magia pues sus padres estaban allí, muy cerca de nosotros y en esa época, una mujer no actuaba con tanta "ligereza".Entonces ya sabés lo que pienso, dijo sin soltar mi mano, comprimida nerviosamente por El Kadri que siguió pensando un tiempo bastante largo siempre mirando un punto fijo. Después le pidió a su madre, una excelente mujer,por sobre todo muy afectuosa y luchadora a la que no se le hace la justicia que merece tal vez por su perfil bajo, que nos sirviera un café y nunca más pudimos hablar del tema porque no volvimos a vernos mas que en actos públicos y porque en verdad para nosotros dos ya estaba todo dicho. La organización reconocía estar empantanada,había entrado en crisis y comenzaba a desmembrarse.Nadie me ayudó en la búsqueda, de modo que estuve cerca de 30 años con la abosluta seguridad de que no estaba equivocaba. Otros hechos ocurridos con posterioridad a mi intención de comunicarme con la comisión Carter fueron afirmando mi convicción: mi marido había sido un hérore que dio su vida para proteger a las compañeras que participaron del hecho, por otro recibí mas de 10 anónimos telefónicos reclamándome que "me callara la boca", anónimos que recién dejaron de llegar a partir de la asunción deNestor K, al gobierno, en otras dos oportunidades más fuí "advertida" desde un auto y desde una combi pero...seguían sin creerme.¿Saben como se siente una persona cuando está diciendo la verdad, pidiendo ayuda y nadie le cree? Respecto al tema anónimos tuvieron su importancia para el armado de mi rompecabezas. Al primero lo recibí cuando estaba trabajando en la municipalidad de Lomas. Era una voz deformada, me decía que cuidara a mi hijo, que no lo dejara solo en la calle porque podía tener un accidente si yo seguía diciéndole a mis compañeros (Los Turner, Zelaya Mas, Fontenla todos desaparecidos) que lo de Haedo no podía ser como fue contado. Vale recordar que unos cuatro meses después de la emboscada de Haedo , concretamente en Abril del 72 una compañera, cuyo esposo estaba preso me dijo que compañeros de otra organización tenían las mismas dudas y habían decidido reforzar todas las medidas de seguridad. Muchos años después en el libro de un ex militante del ERP que está en Alemania dirigiendo una orquesta sinfónica y volvió aquí solamente para recaudar datos y escribir sobre el copamiento del Regimiento de Monte Chingolo en el que caen gran cantidad de combatientes, el autor cuenta que el ERP ajustició a un infiltrado, lumpen y colaborador policial, que antes había estado en las FAP y que los Montoneros habían advertido sobre la verdadera identidad del personaje al que habían detectado. El ERP le dio caza después del estrepitoso fracaso de Monte Chingolo, lo enjuiciaron, decretaron su condena y dejaron muerto en la calle con un cartel que decía :"Asi castiga el ERP a los traidores" .Cuando llegó al país la comisión enviada por Carter por el tema Derechos Humanos, le conté esa parte de la historia a mi jefe administrativo después de darme cuenta por sus comentarios que tenía esperanzas de que se supiera que había pasado, ,él era muy conocido de la familia de Dante Gullo y le parecía imposible tanto horror y preversión, insistía en que tenía que salir a la luz quienes eran los responsables y "donde estaba toda esa muchachada desaparecida".El hombre que siempre se había manifestado contra el proceso militar era radical Alfonsinista. Después de mucho dudar le comenté por lo que había pasado y me dio permiso para ir a realizar la denuncia. Fuí varias veces pero nunca llegué a entrar, no podía abusar del tiempo que el administrador me otorgaba porque él no podía justificar frente al resto de la Comisión Directiva de la Mutual mis continuas salidas y llegadas tarde. Las malas lenguas ignorantes del secreto que nos unía se dieron a su tarea de suposiciones baratas, gente que no tiene miras mas allá de sus narices.Tres días después del primer intento volví a recibir en el Sanatorio Portugués otra llamada anónima, siempre hablándome de los peligros que podían acechar a mi hijo. Ya instalados en el Sanatorio propio de AMTA, llegada la democracia y con las juntas militares procesadas quise volver a denunciar lo de Octubre de l971, esta vez con la ayuda de mi jefe Médico Auditor y del administrador que chocho con Alfonsín aplaudía cada una de sus medidas. Solo fue otra decepsión, unicamente tomaban denuncias que se referían a la última dictadura militar, la que asaltó el poder en 1976 por otra parte lo ocurrido con Miguel y su compañero Mocoroa había prescripto dos años antes, y no entraba en el tema del juicio a las juntas. Allí, en Ciudadela, volví a recibir tres llamadas, en una de ellas me describían el uniforme de mi hijo, en qué colectivo viajaba, a qué Instituto asistía. Si yo hubiera estado equivocada ninguna de esas llamadas tendrían que haber existido ya no tenía ninguna duda, pero igual seguí buscando hasta dar con una persona del barrio donde ocurrieron los hechos que me refirió lo que ella escuchó decir a sus padres y algunos vecinos, pero en aquel tiempo solamente tenía seis años. En la última cometieron el error que me permitió demostrar que las llamadas eran reales y no fruto de mi imaginación afiebrada como alguien se animó a decir. Yo había seguido sola , caminando, indagando, averiguando durante años con la certeza de que en algún momento iba a encontrar alguien o algo queme sirviera como testigo. Mi insistencia dio sus frutos, la madre de Marcelo Aguirre, un secuestrado en Democracia por delito extorcivo.Los restos del joven aparecieron tras investigaciones realizadas como consecuencias del asesinato de Axel Blumberg. Hablabamos por TE sonre un acto a realizarse en plaza de los Congresos cuando "la voz" intervino en la conversación. Estaban escuchando lo que hablabamos. Respecto a los compañeros de mi marido pienso que los movió la culpa por no haberse dado cuenta o asumido que adentro alguien no era lo que decía ser. En ese año, el 71, fueron asesinados seis compañeros, todos cayeron "casualmente" en enfrentamientos "casuales" con la policía que era la que reprimía en esos tiempos. Obtuve otros datos que confirmaban lo que yo suponía y que mi hermano menor, Carlos, recién se animó a contarme hace cuatro años. Mi marido había sido fusilado con un tiro en la sien, el resto de los balazos ninguno era mortal por eso pudo correr cuadra y media alejando a la policía para darles lugar a las compañeras a ponerse a salvo.
Todos pueden quedarse tranquilos, no voy a levantar ni un dedo contra ellos . Respecto a la delación solo conozco un sobrenombre. Tanto a él o ellos, como a los mercenarios que hicieron el trabajo les deseo que se vayan de la vida, lentamente y con dolor. Ya que la justicia de los hombres no puede llegarles que les llegue la de mi deseo: NI OLVIDO NI PERDON.
No hay comentarios:
Publicar un comentario