¿No son bellísimos? La luz del sol que se asoma por entre las ramas del más grande, que baja y reaparece por las bases, el color otoñal, esas ramas que se tocan, que se extienden como dedos para tomar contacto con el otro, esa apertura en abanico que forman entre los dos...¿serán los árboles de la vida? A mi me parece que sí, por eso quise regalárselos también a Uds. amigos míos.
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